martes, 3 de abril de 2018

El encarcelamiento de Oscar Wilde y los sándwiches de pepino (3 de abril de 1895)

Oscar Wilde

Tal día como hoy, se abría la causa contra Oscar Wilde por sodomía y grave indecencia. Menos de dos meses después, sería encarcelado en la prisión de Reading durante dos años. Lo había denunciado el padre de su amante, el noveno marqués de Queensberry, que se tomó la homosexualidad de su hijo Alfred Douglass como una afrenta personal y se decidió a destruir la reputación del conocido amante de este. Consiguió su objetivo: le envió una tarjeta a Wilde acusándolo de sodomita, y este, pensando que él estaba por encima del puritanismo de su época, denunció al marqués públicamente y la cosa no le pudo salir peor: su encarcelamiento acabó con su fama, con su vida familiar (su esposa se cambió el apellido y lo forzó a renunciar a la patria potestad de sus hijos) y se vio obligado a exiliarse a su salida de la cárcel. Vivió unos meses con sir Alfred Douglass en el sur de Italia y cuando, por nuevas presiones familiares, se separaron, Wilde se estableció en París con un nombre falso. Fallecería a los 46 años, apenas cinco después del estreno de The Importance of Being Earnest y el proceso judicial que acabó con su encarcelamiento.

El fragmento citado en la agenda proviene de un texto de Wilde escrito en 1891, El alma del hombre bajo el socialismo.



Al margen de su corta e intensa vida y su desgraciado final, cuando pienso en Oscar Wilde, me viene a la cabeza el particular sabor de los sandwiches de pepino que Algernon se zampa en la primera escena de The Importance... Es un sabor que también recuerdo de una tarde en King's Cross antes de coger un tren hacia el este (pero eso es otra historia muy distinta). A diferencia de los niños actuales, yo aprendí inglés mucho tarde de lo que ahora se considera recomendable, ¡o imaginable! Empecé en 5.º de EGB, con doce años. Solo dos años después, María Millán, mi profesora de inglés, nos hizo leer The Importance... enterita, la tradujimos en clase y luego fuimos a verla representada en inglés a un teatro en Madrid. Wilde y sus sándwiches de pepino para Lady Bracknell para mí siempre serán la puerta grande por la que entré en el inglés, en el teatro con mayúsculas y en el maravilloso mundo de la traducción que hoy no solo me da de comer, sino que me sigue fascinando todos los días.

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